La Historia de Amor de Dios

by

LEA:  Oseas 11
¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? . . . Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. -Oseas 11:8

¿Existe sentimiento humano más poderoso que el de la traición? Pregúntale a alguna muchacha de la secundaria cuyo novio la haya dejado por una linda animadora. O sintoniza tu radio en alguna estación de música folklórica y escucha las letras acerca de la infidelidad. O analiza los asesinatos que se reportan en el diario y verás que una asombrosa cantidad de éstos encuentran su origen en alguna pelea con un antiguo amor.

En el Antiguo Testamento, Dios demuenstra exactamente a todo color por medio del matrimonio de Oseas lo que significa amar a alguien desesperadamente y no recibir nada a cambio. Ni siquiera Dios, con todo Su poder, obligará a algún ser humano a que Le ame.

Muchas personas piensan en Dios como en una fuerza impersonal, algo similar a la ley de la gravedad. El libro de Oseas ilustra lo opuesto: un Dios de pasión y furia, de lágrimas y amor; un Dios que hace duelo porque Israel Le rechaza (11:8).

Dios el amante no desea compartir a Su novia con nadie más. Sin embargo, de manera asombrosa, cuando Israel Le dio la espalda a Dios, Él se mantuvo fiel a ella. Estaba dispuesto a sufrir con la esperanza de que algún día ella volvería a Él.

Oseas, y posteriormente Jesús, demostraron que Dios no anhela castigar sino amar. De hecho, ¡nos amó tanto que envió a Su Hijo a morir por nosotros! -PY

Dios nos amó tanto que envió a Su único Hijo

Deja un comentario